jueves, 10 de enero de 2013

Publicidad nada subliminal


En ocasiones, la publicidad que Facebook construye a partir de las características de nuestro perfil en la red social (edad, estado civil, gustos, etc.), da pie a situaciones embarazosas. Tengo amigas de cuarenta años a las que Facebook ha comenzado a sugerir de forma poco caballerosa una serie de potingues antiarrugas. A otras amigas treintañeras, la red social las anima a consultar productos relacionados con bebés, como juguetes, tronas y ropita muy mona. Si de su registro de actividad Facebook deduce además que no tienen hijos pese a encontrarse en edad de merecer, la red social se atreve a proponerles diversas clínicas de fertilidad. Toda una audacia.

En lo que a mí respecta, sé que debo cambiar el estado civil de mi perfil. Actualmente, Facebook trabaja con la idea de que soy un varón maduro y soltero, y en consecuencia éstas son algunas de las páginas que me ofrece: Madres solteras sexys (“Ve fotos de mujeres solteras de tu zona”), Amor en Alicante (“Chatea con miles de mujeres que están buscando pareja”), Ningún joven permitido (“Tener citas con las mujeres maduras y exitosas que están buscando una oportunidad de amar”), Muy lindas (“Tú también puedes conocer extranjeras lindas), ¿Quieres tener novia? (“Conoce mujeres que buscan lo mismo”), etc. Yendo un paso más allá, después de establecer implícitamente una relación entre el estado civil de una persona y su apariencia física (si todavía eres soltero tal vez deberías cuidarte, parece ser la idea), Facebook añade a mi menú publicitario varias páginas para que desarrolle mi musculatura y mejore mi aspecto (Súper cuerpo en 3 semanas o Gana más fuerza). Si a estas alturas todavía no hubiera quedado moralmente hundido, Facebook complementa las propuestas con varias ofertas de zapatillas de deporte y los últimos videojuegos del mercado. Como se ve, el prototipo de hombre maduro: un verdadero triunfador.


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